Mi mentora en la formación de vida tanto personal como empresarial empezó con  mi madre, todo lo que soy es gracias a ella. La motivación por ahorrar inicio cuando ella se quiebra a mis 9 años de edad, verla a ella llorar de tener que vender su empresa para poder pagar las deudas me dejo una de las mejores enseñanzas en la vida, desde ese momento ahorraba casi un 100% de lo que me daba para comer en el colegio. 

Cuando complete mi primer millón de pesos en ahorros descubrí otro gusto en mi vida, invertir, desde muy pequeño mi madre me creo una cuenta en Bancolombia y a los 12 años encontré la opción de hacer inversiones virtuales las cuales me generaban una rentabilidad por la inversión, mejor que dejar el dinero quieto en el banco.  

Mi primer emprendimiento inicio con Latin Shops a los 14 años, una sociedad con mi mejor amigo de nuestro pueblo San Luis de Gaceno, en los viajes que hacia con mi familia a USA,  traía productos de teconología como bafles portatiles, baterias portatiles, todo tipo de producto que se demoraba en llegar a Colombia, el se encargaba de venderlos. Luego nos dimos cuenta que era un producto que no rotaba mucho por ser tan costoso, por eso decidimos expandirnos a un nuevo mercado que nunca dejara de existir, la comida, empezamos a vender quesos, el los compraba en la región, me los mandaba, yo los ofrecía en Bogotá y sus alrededores. Por dificultades en el transporte, problemas con el proveedor, poca experiencia en el sector,  volvimos a la linea de negocio anterior pero incursionando en productos de red y energÍa solar. Logramos establecer un mercado solido, ya tenemos 4 años operando con costos muy bajos y grandes márgenes de ganancia encontrando los proveedores indicados en China; estamos en busca de mas productos, este año 2022 introducimos una nueva linea de ropa de bebe. 

Seguía en busca de inversiones, a los 16 años tomaba cursos de Ingles en la Universidad de La Sabana, un día que iba saliendo de clase para coger el bus, en frente de la Universidad estaban iniciando un proyecto de residencias estudiantiles, los planes de pago eran cómodos y programados a varios años, luego el mismo inmuble con la rentabilidad que generara, pagaría el crédito con el que se compraría. Decidí arriesgarme e invertir en este modelo de negocio.